



Menstruación sostenible
una forma más consciente, natural y saludable de reconectar con tu menstruación respetando el planeta

Tengo dos copas menstruales. Una desde hace 8 años; la otra, desde hace apenas uno.
Rechazo compresas y tampones desechables porque no me gusta la idea de generar basura innecesaria con un proceso tan natural como mi menstruación.
Desde que somos jóvenes el mundo nos invita a comprar estos productos religiosamente cada mes, ahorrándonos la información de que contienen sustancias tan poco saludables para nosotras como blanqueadores —cloro, por ejemplo— y otros tóxicos que nos afectan de forma directa.
Y es una pena, porque existen opciones muy cómodas, sostenibles y funcionales que:
- respetan nuestra salud femenina
- respetan al planeta.
- nos ayudan a conectar con nuestro ciclo menstrual.
Y eso es lo que vengo a contarte en este artículo, escrito con mucho cariño para que tú también te animes a vivir una menstruación sostenible, natural y saludable.
Hoy te cuento cómo es mi higiene más íntima, en esos días del mes que todas tenemos en común para que puedas comprobar que otras opciones, además de sostenibles, son saludables y funcionan mucho mejor que «las soluciones comerciales».
¿Me acompañas? ?

Por qué y cómo llevar una menstruación sostenible
Hablar de menstruación sostenible es hablar de recoger la sangre menstrual que las mujeres expulsamos cada mes sin que el planeta lo pague.
Las compresas convencionales suelen estar hechas de celulosa, plástico y fibras sintéticas. Cuando las usamos, ¿adónde van? Exacto: a la basura. Y no precisamente al reciclado ni al compostaje.
Si hablamos de los tampones, se han encontrado sustancias tóxicas como las dioxinas —subproducto del cloro, para blanquear—, la viscosa o el rayón —un tejido sintético que desequilibra el pH vaginal y favorece irritaciones e infecciones al deteriorar nuestra flora bacteriana natural—, sucede lo mismo.
Y, por si fuera poco, el algodón suele llevar pesticidas.
Vamos, que la cosa tiene tela.
Las compresas y los tampones desechables no solamente generan residuos innecesarios al medio ambiente, sino que, encima, afectan a nuestra salud vaginal.
Una menstruación sostenible no solo respeta al medio ambiente: también cuida de nosotras.
Y todas hemos pasado por usar estos productos porque hemos crecido con la publicidad tradicional insistiendo en ello, sin preguntarnos si en realidad sería algo natural y beneficioso, además de cómodo o liberador, o todo lo contrario.
Pero no solo eso.
Hay más.
Por qué apostar por una menstruación más consciente y saludable
Una menstruación sostenible también nos ayuda a reconectar con nuestro ciclo menstrual.
Si entiendes qué sucede en tu cuerpo y lo respetas, comprenderás mucho mejor cómo te sientes y qué necesitas en cada momento del ciclo.
Es lo que a mí me gusta llamar una «menstruación más consciente y saludable», además de sostenible con el planeta.
Desde esta consciencia conectarás con tu estado de ánimo, con tus cambios hormonales de cada etapa y sabrás tratarte y comprenderte mejor.
Recuerda que cada menstruación es una posibilidad de crear vida que no utilizaste.
Puede resultar molesta y dolorosa, pero su función es importante, y forma parte de nuestra naturaleza femenina.
Es por esto que te invito a pasarte a opciones que respeten tu salud íntima para que todo esté más sano dentro de ti, tanto si quieres tener hijos como si quieres ahorrarte vaginitis, candidiasis o el famoso síndrome de shock tóxico que fomentan las compresas y los tampones convencionales.
Reconcilíate con tu menstruación de forma natural mientras respetas a la Madre Tierra
Voy al lío y no me enrollo más, que te quiero dejar ya algunas alternativas menstruales sostenibles para que elijas la opción que más conecte contigo, tanto si quieres reconciliarte con tu salud menstrual como si buscas cuidar el planeta que habitamos.
Opción #1: la copa menstrual
Esta copa para la regla, como la que ves en la foto, está hecha de silicona quirúrgica hipoalergénica.

Por lo tanto, no genera reacciones ni alergias, y es respetuosa tanto con la piel como con el pH vaginal.
Viene con una bolsita de algodón, donde la guardas hasta que empiezas a menstruar. Cuando llega el día, la esterilizas como si fuera la tetina de un biberón —poniéndola a hervir en agua durante 2-3 minutos—, y, una vez templada, te la colocas de forma similar a un tampón.
Puede resultarte un poco diferente al principio, pero en nada que te la pongas un par de veces, verás como le coges el truco. ?

Durante los días de sangrado, la vacías un par de veces al día (de media), dependiendo de tu flujo. La lavas con agua y jabón —o solo con agua si te es imposible usar jabón— después de cada vaciado, y listo: te la vuelves a poner, y vuelta a empezar.
Cuando terminas tu menstruación, simplemente la esterilizas, la secas y la guardas hasta el siguiente uso, en su bolsita de algodón.
¿Has visto qué fácil?
Las copas menstruales son una caña porque duran hasta 10 años, y tienes varias tallas dependiendo de tu edad y de si has sido mamá por parto vaginal o no.

Además, te ayudan a conocer mejor tu propio sangrado —recuerda: son restos de tu endometrio, entre otras cosas— de forma directa, cosa que las compresas no hacen.
Y, si quieres ir más allá, puedes usar tu sangre menstrual recogida como fertilizante natural en agua y regar tus plantas con ella.
Para mí lo tienen todo.

Aquí te dejo la MoonCup, para que veas todas sus características y detalles, y respondas preguntas frecuentes.
Ya te digo que yo llevo 8 años usando mi copa menstrual y estoy encantadísima.
Opción #2: las compresas de tela reutilizables
A mí me encanta la copa menstrual porque me va bien, pero conozco a mujeres que prefieren no usarla porque no están cómodas con ella o porque todavía les da cosita mancharse un poco las manos.
Yo misma tengo días en que me apetece cambiar la copa por una compresa que recoja el sangrado en el exterior.
Para esos casos, las compresas reutilizables de tela son otra superopción.
Están hechas de algodón —normalmente sin tóxicos, pon ojito—, duran de 3 a 5 años, y se sujetan a la braguita con un botón posterior para que no se muevan.
Su tejido transpira, pero retiene el líquido a la vez porque son impermeables.

Se pueden lavar —a mano y/o a máquina, dependiendo de lo que te indique el fabricante—, y también cuentas con varias absorciones según tu flujo.

En Ecovidasolar no vendemos compresas de tela, pero puedes hacerte una en casa a lo DIY, con un buen patrón y los materiales adecuados.
Ya sabes que las cosas hechas en casa tienen otro color. ?
Más formas eco sostenibles de cuidar tu higiene diaria mientras respetas el planeta
Como esto de la higiene menstrual sostenible no es algo aislado y quien empieza con un estilo de vida así ya no para, apunta.
Cambiemos las cosas poquito a poquito.
Acabo este artículo recomendándote piezas básicas para tu día a día que, cuando la vida útil de lo que tienes termine, te estarán esperando.
Bellos cepillos para melenas radiantes
¿Tienes el cabello largo? Este es el tuyo.

Para rizos llenos de alegría, nada como este buen peine de madera.
Te dejo aquí la versión para niños.
Dentaduras limpias en un planeta feliz
Aquí tienes el cepillo Naturbrush de bambú para adultos, y aquí te lo dejo también para los peques de la casa.
Los puedes llevar contigo usando su propio estuche de bambú.

Es tu turno
Desde que empecé, he ido añadiendo a mi kit íntimo salvaslips, compresas de tela superabsorbentes para la noche y otra copa más para tener de repuesto.
¿Qué me dices?
¿Te sumas a una higiene consciente para una menstruación más sostenible para el planeta, saludable para tu cuerpo y conectada a tu naturaleza?
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