Cocinar con cobre: ¿Por qué no deberías utilizar cobre en tu cocina?
¿Sabías que el cobre puede liberar partículas tóxicas al cocinar? Descubre por qué deberías evitarlo y qué alternativas son más seguras para tu salud.

El cobre ha sido un material muy valorado en la cocina por su belleza y capacidad para conducir el calor. Pero, ¿es realmente seguro para preparar nuestros alimentos?
Hoy te explico de forma clara qué riesgos puede implicar su uso durante la cocción, cómo reacciona al contacto con ciertos ingredientes y qué alternativas más seguras puedes considerar para cocinar sin preocupaciones.
¿Qué es el cobre y cuáles son sus propiedades?
El cobre es un metal que usamos desde la prehistoria. Es resistente, duradero y un gran conductor del calor. Por su conductividad lo vemos en cables, instrumentos de precisión e incluso en algunos utensilios de cocina.
También tiene propiedades antimicrobianas, lo que significa que puede eliminar o frenar el crecimiento de microorganismos incluso en pequeñas cantidades. Una cualidad que a simple vista parece positiva hasta que descubres que su uso en la cocina puede volverse en tu contra. Y es que, en contacto con los alimentos, el cobre revela una cara menos amable que vale la pena conocer.
Los riesgos del cobre en la cocina
Cuando este material entra en contacto con alimentos, sobre todo si están calientes o son ácidos, puede liberar partículas metálicas tóxicas que pasan a tu plato.
Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), cocinar en cobre puede transferirse a los alimentos si los materiales no están adecuadamente recubiertos.
¿Cómo reacciona el cobre con otras sustancias?
El cobre reacciona con el oxígeno, el calor y los alimentos ácidos. Esto genera una capa verdosa llamada cardenillo, compuesta por sales de cobre, que es altamente tóxica si se ingiere.
Por ejemplo, si dejas una moneda de cobre oxidada en vinagre, verás cómo se limpia sola. Eso que ves disolverse son partículas migrando. ¿Pero qué ocurriría si ese vinagre fuera tu sopa?
¿Es el cobre tóxico para la salud?
Sí, lo es. Aunque nuestro cuerpo necesita algo de cobre (que podemos aplicarlo en forma de coloides), el exceso de este material puede ser muy dañino.
Enfermedades y problemas asociados al cobre
- Disminuye enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa.
- Incrementa el colesterol LDL (el “malo”), según el National Institutes of Health (NIH).
- Puede generar desequilibrios de zinc y afectar la inmunidad.
- Favorece el envejecimiento celular y enfermedades cardiovasculares, como indica la OMS.
¿El cobre puede causar intoxicación alimentaria?
Cuando cocinas en ollas de cobre sin protección, sí hay riesgo de intoxicación. Especialmente si el revestimiento interno está dañado, algo común con el uso frecuente.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte que el cobre debe estar recubierto por materiales estables, como el acero inoxidable (21/0 o J2101, 304 o 316), para evitar riesgos de toxicidad.
¿Es seguro usar utensilios de cobre?
Sólo si tienen un revestimiento protector estable —como acero inoxidable, estaño o cerámica vitrificada— y se encuentran en perfecto estado. Estos recubrimientos impiden el contacto directo del cobre con los alimentos, lo cual es fundamental para evitar su migración.
Pero incluso con protección, estos materiales pueden desgastarse con el uso frecuente, el lavado abrasivo o el contacto con utensilios metálicos. Y si eso ocurre, el cobre queda expuesto.
Por eso, aunque técnicamente puede ser “seguro” si está bien recubierto, no lo recomiendo para un uso diario o intensivo.
Opiniones sobre las sartenes de cobre: ¿Vale la pena usarlas?
Reconozco que las sartenes de cobre tienen una estética única: ese brillo rojizo envejece con carácter y dan un toque vintage precioso en la cocina. Además, el cobre distribuye el calor de forma uniforme y rápida, por eso se usa en repostería profesional o pastelería.
Pero desde una perspectiva de cocina consciente y ecológica, no compensa el riesgo sanitario ni el mantenimiento constante.
- El estañado interior se desgasta con facilidad.
- No se pueden usar utensilios de metal.
- No admiten lavavajillas ni cambios bruscos de temperatura.
- Y si el recubrimiento se daña, ya no son seguras.
Existen alternativas más prácticas, igual de eficientes y mucho más estables con el paso del tiempo.
El cobre y su interacción con alimentos ácidos
El mayor riesgo del cobre ocurre cuando se cocina con alimentos ácidos como tomate, limón, vinagre, yogur o vino blanco. Estos ingredientes favorecen la liberación de iones metálicos, que pueden pasar a los alimentos.
Cocinar una receta sencilla, como una salsa de tomate, en una olla de cobre sin recubrimiento puede favorecer la liberación de pequeñas partículas metálicas al alimento. Aunque no genera cambios visibles en el sabor, olor o aspecto de la comida, es una situación que conviene evitar con el uso de materiales más estables.
Alternativas más seguras al cobre en la cocina
Si estás pensando en renovar tu menaje, estos materiales son seguros, sostenibles y duraderos:
- Acero inoxidable sin níquel: Es perfecto para personas con sensibilidad o alergia al níquel que incluye el acero.
- Acero inoxidable (304 o 316): Ideal para cacerolas, sartenes y utensilios. No libera partículas, es fácil de limpiar y resistente al ácido y la abrasión.
- Vidrio borosilicato: No poroso, neutro, perfecto para hornos, microondas y conservar alimentos sin alterar su sabor.
- Cerámica ecológica o esmaltada: Muy buena anti-adherencia, libre de PFOA y PTFE, y apta para cocinas de todo tipo.
- Silicona platino: Flexible, segura y perfecta para espátulas, moldes y cucharas. Libre de BPA y sin riesgo de reacción con alimentos.
Otros usos: cobre coloidal
El cobre coloidal es una disolución acuosa que contiene partículas microscópicas de cobre suspendidas en agua destilada.
Se utiliza como complemento mineral en casos específicos de deficiencia diagnosticada, ya que el cobre interviene en funciones importantes como la formación de glóbulos rojos, la salud del sistema nervioso y la producción de colágeno.
Eso sí, debe utilizarse siempre bajo recomendación profesional y en dosis muy controladas.
En casa puede prepararse con la ayuda de electrodos de cobre puro, si se cuenta con el equipo adecuado y se siguen protocolos seguros. Si te interesa saber más sobre este tema, en 2018 escribimos una guía práctica que puede orientarte desde nuestra experiencia real.
Y si tienes dudas o simplemente quieres contarme tu experiencia con el cobre en la cocina, estaré encantada de leerte. Gracias por dedicar tu tiempo a informarte y cuidar de tu entorno. Cada elección consciente, por pequeña que parezca, suma bienestar para ti, tu hogar y el planeta.
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